Opositar con disbiosis: “cuando tenga mi plaza cambiará mi vida”

0
850
Opositar con disbiosis: “cuando tenga mi plaza empezaré a vivir

Tras el perfil de Instagram, @andrea_opositatac, se encuentra una joven burgalesa de 26 años, Andrea, una opositora con una patología digestiva que explica para Mundopositor cómo es opositar con disbiosis y afrontar las molestias que siente a menudo a cuenta de ello.  

Opositar con disbiosis, una enfermedad desconocida

Andrea estudió la carrera de Finanzas y Contabilidad. Actualmente está opositando para Técnico de Auditoría y Contabilidad del Estado, que pertenece al subgrupo profesional A2. Compagina la ardua tarea de luchar por su plaza con disbiosis intestinal, una enfermedad aún muy desconocida que sufre desde que tenía 17 años y que le afecta “a la hora de comer principalmente, porque estoy súper limitada. Hay veces que me sientan mal las cosas y no se ni lo que he comido. Luego también me produce cansancio, neblina mental, estrés, ansiedad, debilidad, insomnio, aparte de los dolores de barriga y malestar que conlleva, además afecta muchísimo a la capacidad de concentración y a la memoria”, explica la opositora.  

Opositar con disbiosis: “cuando tenga mi plaza empezaré a vivir"

Para los que no hayan oído nunca hablar de la disbiosis, la burgalesa expone que “es un desequilibrio en la flora intestinal, una alteración en la microbiota, lo cual debería investigar más para encontrar la raíz que me genera este problema y eso implica ir por lo privado y no puedo, por eso me he quedado en ese diagnóstico”. Todo se desencadenó con una bacteria que es muy común, llamada Helicobacter pylori. “A veces el remedio es peor que la enfermedad”, explica. “Según me enteré con posterioridad a veces es peor tratarse esta bacteria que dejar que se pase sola, ya que debilita la microbiota, y a mí no me advirtieron de eso, me traté y a raíz de ahí empecé a tener muchos desequilibrios en la zona intestinal y a tener problemas, lo que pasa es que como está tan poco investigado…” 

Según explica Andrea, al ser una patología aún muy desconocida, su diagnóstico en la Seguridad Social es de colon irritable. “Estuve yendo un año por lo privado y encontraron bacterias y parásitos que no habían detectado antes. Ahí fue cuando empecé a encontrarme mucho mejor, lo que ocurre es que ahora no estoy del todo bien, tuve que dejarlo porque al final este tipo de pruebas y medicación tienen un precio elevado que ahora por ciertas circunstancias he tenido que deja de lado”.

Opositar con disbiosis, un reto

Opositar con disbiosis está siendo toda una experiencia para Andrea: “la oposición me ha servido para conocerme, para saber mis límites. Estoy creciendo muchísimo como persona”, asegura la joven, que afronta los altibajos del proceso con positividad y mucha fuerza: “los días que peor me encuentro suelo hacer contabilidad, que es lo que más me gusta, esta oposición tiene muchos puntos para mí por eso. Y si veo que no puedo ni eso, intento descansar. Digo <<intento>> porque me cuesta decidir descansar, aunque cada vez lo hago más, también porque la psicóloga me ha ayudado a entender que no pasa nada si un día no estudio, pero antes me costaba muchísimo decir <<hoy no estudio>>, era inviable. Un martes, por ejemplo, no podía encontrarme mal, tenía que estar a tope, si no, no valía”. Esta será la segunda vez que se presenta a Contable y Auditor del Estado, la primera vez que se ha presentado ha estado muy cerca de conseguirlo: “me he quedado en el último examen a 0,1. Cuando suspendí, el pasado mes de octubre, me lo tomé fatal, en ese momento no quería volver a estudiar, porque además como fue por tan poco… Pero poco a poco fui remontando. A mí lo que más difícil me resulta es estudiar Derecho. Yo soy de números y las leyes me cuestan muchísimo. Es lo que más miedo me da y es en lo que he suspendido”.

Además de opositar con disbiosis, tuvo que lidiar con un duro golpe, una pérdida familiar: “cuando ya estaba un poco mejor falleció mi abuelo y pasé otro mes regular, y así he estado hasta hace cuestión de nada, que ya me siento un poco mejor”, expone. “Todo lo que te afecta anímicamente se nota también en la barriga, porque yo cuando estoy estresada o triste estoy súper débil. No paro de ir al baño, no puedo comer casi nada porque me duele la barriga mucho más”.

¿Por qué decidió opositar?

Tal y como recuerda Andrea, “cuando acabé la carrera, no sabía qué hacer con mi vida, me fui un año a Dublín, a trabajar allí, y luego ya volví, me tuve que volver justo con el COVID, cuando empezó”. En ese momento era complicado encontrar empleo, pero la opositora logró realizar unas prácticas y luego encontró un trabajo en el que “no estaba a gusto” y entonces decidió opositar.  

“Mis padres no son funcionarios y han pasado la crisis”, refiriéndose a la provocada por la burbuja inmobiliaria de 2008. “Yo no quería eso en mi vida, quería una estabilidad y por eso decidí esto. Yo ya tenía pensado opositar, lo que pasa es que no encontraba a qué. No sabía de la existencia de esta oposición, así que mientras me decidía, trabajé”.  

Las redes sociales, un apoyo  

El mundo digital ha sido un apoyo para la joven burgalesa. “Cuando empecé con los problemas digestivos y me dijeron que tenía colon irritable y que iba a tener que vivir así toda mi vida, no me lo creía. Entonces empecé a buscar información, a seguir a cuentas, y ya como seguía a tantos perfiles de temáticas relacionadas con el estómago, me hice una cuenta. Empecé a contar un poco mi vida con los síntomas, después la dejé aparcada y luego cuando empecé a opositar la volví a retomar y le cambié un poco la visión”.  

Cabe explicar, que Andrea no solo explica en su perfil cómo es opositar con disbiosis, sino una temática mucho más amplia que puede ayudar a cualquier opositor. En las redes sociales se ha encontrado “muchos opositores, que están en mí misma situación. Sobre todo, hablo mucho con ellos sobre la salud mental y la oposición, la planificación, la exigencia y todo ese tipo de cosas, como la soledad. Mucha gente también me habla sobre patologías digestivas con las que están opositando, y me entienden. Se agradece la gente que da visibilidad a este tipo de cosas”.  

Opositar con disbiosis: “cuando tenga mi plaza empezaré a vivir"

Un futuro por delante

La opositora está a la espera de los próximos procesos selectivos: “se supone que van a convocar ahora en nada ya. Espero aprobarlas. En cuanto a destino, no tengo prioridad. Me gustaría que estuviese cerca de Burgos, por si algún fin de semana me quiero ir, hacerlo tranquilamente. Algún día me gustaría volver a mi ciudad, me gusta como tal, y me gusta estar cerca de mi familia. Cuando tenga mi plaza empezaré a vivir, porque entonces podré tratar mis problemas digestivos. La estabilidad es lo que más me motiva”.  

Además, otro aspecto interesante es la conciliación de la que va a disfrutar una vez que tenga su plaza: “prefiero ganar 2.000 euros al mes y tener tiempo para mí que 4.000 y estar todo el día trabajando, porque luego hay un montón de cosas que me gustan, otro tipo de actividades que me complementen y me llenen”.  

Por último, y como ya hicieron otros opositores en este medio, Andrea asegura que si saca plaza igual se anima a hacer el Camino de Santiago. Así que, si la veis por Compostela, ya sabéis que debéis darle la enhorabuena.  

No es fácil opositar con disbiosis, pero desde aquí le deseamos mucha suerte.  

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Este sitio esta protegido por reCAPTCHA y laPolítica de privacidady losTérminos del servicio de Googlese aplican.