Todos sabemos por experiencia propia, o cercana, que una oposición es un proceso largo e incierto. La presión que los opositores padecen aumenta dependiendo de varios factores, como por ejemplo, no conocer la fecha de examen, la tardanza en la publicación de la convocatoria, el cambio de programa de última hora, listas, y en definitiva si conseguirán esa plaza o no. Esta situación prolongada de estrés puede llegar a conllevar problemas graves de salud.En este artículo hablaremos del por qué nos estresamos y cómo podemos gestionar el estrés.
¿Qué es el estrés?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el estrés es «el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara el organismo para la acción». Tratamos el estrés como un sistema de alerta biológico necesario para la supervivencia. Cualquier cambio o circunstancia diferente que se presente ante nuestras vidas, como cambiar de trabajo, hablar en público, presentarse a una entrevista o cambiar de residencia, puede generar estrés. Aunque también dependerá del estado físico y psíquico de cada individuo.
Un determinado grado de estrés estimula el organismo y permite que éste alcance su objetivo, volviendo al estado basal cuando el estímulo ha cesado. El problema surge cuando se mantiene la presión y se entra en estado de resistencia. Cuando ciertas circunstancias, como el estudio de unas oposiciones donde la competitividad es siempre alta, se perciben inconscientemente como una «amenaza», se empieza a tener una sensación de incomodidad. Cuando esta sensación se mantiene en el tiempo, se puede llegar a un estado de agotamiento, con posibles alteraciones funcionales y orgánicas.
¿Cuáles son los efectos del estrés?
A nivel físico el estrés puede hacer estragos en el estómago, piel, tensión ocular, intestino, hipertensión, etc.
Cada persona puede tener distintas fortalezas y debilidades físicas, tanto endógenas como exógenas. El estrés tiene la capacidad de encontrar esa debilidad y manifestarse en el cuerpo de formas muy diversas.
Si durante la oposición padeces malas digestiones, dolores musculares, colon irritable, etc. ¡Escúchate! Puede ser que tu cuerpo esté mandándote una señal de advertencia.
A nivel psicológico el estrés puede afectar a las emociones provocando miedo, enfado, irascibilidad, y más. Esto hace que se vean afectados los procesos psicológicos superiores como la concentración, memoria, pensamiento y motivación con lo cual es posible que rindas menos. No dejes que el estrés boicotee tu esfuerzo, aplica estrategias preventivas.
¿El estrés es siempre malo?
El estrés no es malo en sí mismo, de hecho, es necesario en algunas situaciones aparentemente complicadas para dar respuestas eficaces y rápidas, pero siempre en su justa medida y sin prolongarlo en el tiempo. Por eso es importante gestionar el estrés.
Distinguimos entre:
- Estrés puntual o positivo (Eustrés): antes situaciones determinadas, podemos sufrir estrés momentáneo. Por ejemplo: una mudanza, ponencia pública, examen, etc.
- Estrés crónico o negativo (Distrés): el estrés forma parte del día a día de la persona, por ejemplo: el estrés laboral, el estrés académico, etc.
Depende de la manera en la que se afronte el estrés provocará que los efectos de éste sobrepasen o no el límite positivo.
Estrategias para gestionar el estrés
Todos los aspectos que tienes que tener en cuenta para combatir el estrés:
El estrés está ahí
En ocasiones intentamos ignorar, o pasar por alto, nuestros estados de nervios o estrés. Esto es un grave error, pues ante una situación estresante se debe tomar conciencia, parar y tomar un respiro, ya sea en forma de paseo, meditación, cerrando los ojos, un baño relajante, etc.
Prepara tu mente y cuerpo antes de estudiar
Realizar alguna técnica de relajación, como por ejemplo cerrar los ojos durante 5 minutos, antes de comenzar a estudiar puede ser bastante beneficioso para tu concentración y atención. Recuerda que las situaciones de estrés reducen tu actividad cerebral y provocan un rendimiento más bajo.
Planifícate y gestiona tu tiempo
Durante una oposición es necesario saber planificarse correctamente. Resulta muy útil crear un calendario con todo lo que tienes que hacer en tu día.
Cuanto más detallado sea mucho mejor ya que no tendrás que gastar energía mental en pensar que tienes que hacer.
Valora tu esfuerzo
No te centres únicamente en conseguir y valorar el objetivo final, sino intenta también apreciar los objetivos diarios o semanales que vas consiguiendo. El pensar sólo en ese objetivo final y autoexigirnos sin valorar nuestro esfuerzo diario puede generar sentimiento de frustración y disminución del rendimiento.
Te recomendamos que al final del día pienses o escribas 3 objetivos que has hecho ese día.
Descansa
El descanso es fundamental para rendir en unas oposiciones. Dormir, divertirse o realizar deportes también debería contemplarse mientras se está estudiando.
Aunque creas que no lo necesitas, la fatiga se acumula por lo que es mejor prevenir antes de que te sientas mal y tengas que descansar obligatoriamente.
Piensa positivo
Es importante que durante toda la oposición elimines cualquier pensamiento negativo que no te beneficia en nada. En su lugar, llénate de aquellas ideas y pensamientos positivos pues tu rendimiento se verá favorecido. Por ejemplo: “Odio la Constitución Española” por “La Constitución Española no se me resistirá”.
¿Te parecen útiles estas estrategias para gestionar el estrés a la hora de estudiar? Comparte con nosotros alguna técnica que te haya funcionado.
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