La planificación de miles de opositores en España se encuentra en un punto crítico. Cinco meses después de que el Gobierno aprobara la Oferta de Empleo Público (OEP) con una oferta total de 36.588 plazas, la ejecución real de las convocatorias está sufriendo un severo estancamiento. Según el análisis de los datos oficiales publicados en el Boletín Oficial del Estado (BOE), más del 70% de las plazas de funcionario de carrera por turno libre en la Administración General del Estado y el Ministerio de Justicia están aún pendientes de convocatoria.
Esta cifra, que se traduce en unas 11.744 plazas sin convocar de las más de 16.600 correspondientes a estos cuerpos (descontando Fuerzas de Seguridad y Fuerzas Armadas), genera un escenario de imprevisibilidad que afecta directamente a la salud mental y al rendimiento de los aspirantes.
El impacto psicológico del retraso: lo que dicen los datos
Esta falta de agilidad administrativa impacta directamente en la línea de flotación del opositor. Según el reciente estudio elaborado por la consultora GAD3 para MAD —el primero de estas características realizado en España—, el 33% de los opositores identifica la incertidumbre sobre las convocatorias como una de sus principales fuentes de estrés, solo por detrás del miedo a no conseguir la plaza.
Estabilidad frente a desorganización
A pesar de este contexto de retrasos, el interés por el empleo público sigue en máximos históricos debido a la búsqueda de seguridad. El informe de GAD3 para MAD revela que el 47% de los adultos en España está opositando o se plantea hacerlo, movidos principalmente por la estabilidad laboral (48%).
Además, el estudio destaca que la preparación se concentra en perfiles con responsabilidades familiares y en etapas profesionales intermedias, colectivos para los que la organización del tiempo es crítica.
La respuesta: flexibilidad y formación online
Ante la imprevisibilidad de las fechas de examen (donde un opositor no sabe si se examinará en tres meses o en un año), los candidatos están virando hacia modelos de preparación que permitan adaptarse a estos vaivenes.
Según los datos de MAD y GAD3, la formación online es ya la preferida por el 41% de los opositores actuales, valorando por encima de todo la flexibilidad horaria y la calidad de un temario siempre actualizado. “Nuestra labor es dar certidumbre donde la administración no la da. Si la convocatoria se retrasa o el temario cambia por sorpresa, el alumno de MAD tiene la actualización inmediata y la flexibilidad de estudiar a su ritmo, sin depender de clases presenciales rígidas que no se ajustan a este calendario incierto”, concluye Narciso Sánchez, director general de MAD.
Con un horizonte de jubilaciones masivas en la próxima década y una brecha salarial donde el sector público supera en un 24% al privado, las oposiciones siguen siendo la gran apuesta laboral de los españoles, a la espera de que la Administración desbloquee las miles de plazas prometidas antes del 31 de diciembre.
