Tal es la influencia y el impacto que “Karate Kid” ha tenido en la historia del cine, que este film estadounidense dirigido por John G. Avildsen, cuenta con un remake de 2010. No obstante, hoy hablaremos de la clásica, de la película de 1984. Protagonizada por Ralph Macchio (Daniel LaRusso ) y el fallecido Noriyuki “Pat” Morita, (Sr. Nariyoshi Miyagi) este film encierra auténticas lecciones de vida que podrás extrapolar a tus oposiciones.
Disciplina y constancia
Si hablamos de “Karate Kid” no hay ninguna duda de que debemos darle al señor Miyagi todo el protagonismo y mérito que se merece. Esta escena es una de las más emblemáticas de la película, ya que Daniel LaRusso cree que va a aprender karate directamente, pero el maestro le inicia en otras tareas ante su total desconcierto. Toda una lección de la que extrapolamos la importancia de la constancia y la disciplina.
Las pequeñas metas
La fase de iniciación se hace tan dura para el protagonista del film, que este llega a pensar que el señor Miyagi no está haciendo más que burlarse de él encargándole tareas en su propio beneficio. Sin embargo, en la escena que te mostramos a continuación, se demuestra que esto no es así: el mítico instructor no quería aprovecharse de Daniel, sino enseñarle la filosofía de las artes marciales desde los cimientos.
El esfuerzo tiene su recompensa
Y es que, a pesar de lo mal que llega a pasarlo el pobre Daniel limpiando coches y suelos, el esfuerzo tiene su recompensa y él mismo lo comprueba, cuando avanza en su aprendizaje y pone en práctica lo que, sin saberlo, eran sus primeras lecciones de karate.
No hay que rendirse
Jamás. Querer es poder y todo es posible. Prueba de ello es el mítico final de “Karate Kid 3”, en el que el protagonista se rinde, pero acto seguido, vuelve a levantarse, como no, gracias al señor Miyagi.
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