¿Alguna vez te has involucrado tanto en algo que has olvidado todo lo demás? Esta situación suele pasarnos a todos en algún momento, ya que nuestra concentración está enfocada en algo tan concreto que no recordamos hacer nada más. El hecho de obviar nuestro alrededor, el tiempo transcurrido o incluso comer con tal de seguir con nuestra tarea se conoce como Estado de Flow o Estado de flujo.
Un claro ejemplo de este Estado de Flow sería la actividad de pintar o dibujar, debido a que aquellas personas que lo disfrutan solo quieren hacer eso hasta conseguir acabarlo, también ocurre cuando escribes un artículo que te apasiona y pretendes que quede lo mejor posible. En definitiva, cuando intentas sacar lo mejor de ti en una actividad, suele darse esta circunstancia.
¿Cómo nos beneficia el Estado de Flow?
Encontrar una ocupación que te permita evadirte durante un tiempo de la realidad es muy positivo y de esta forma, puedes concederte un rato de distracción y desapego para seguir después con más energía, lo realmente esencial es buscar una ocupación sencilla y que requiera de toda tu concentración, como también puede ser tejer o leer.
Se puede decir que en el momento que se transmite esta sensación, sabes que vas por el buen camino, porque no hay nada más satisfactorio que perderte en tu mundo y trasladar esa energía al resto, demostrando que lo que estás haciendo merece la pena y nos hace sentir especiales.
Tener un objetivo claro y fijado también puede ayudarnos a perseguir este Estado de Flow, y no hay mayor propósito que la esperanza de conseguir una plaza en nuestra oposición tan soñada, por la que tanto se lucha día a día y en la que se pone tanto esfuerzo y dedicación.
Siempre se ha dicho la típica frase de “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día en tu vida” del filósofo Confucio, y esta idea no puede estar más acertada en sus palabras. Por ello, desde Mundopositor te aconsejamos tener en mente esta meta para que no te rindas y sigas repitiéndote que lo que haces sirve y mucho.
