Es una de las estrategias más conocidas y usadas, pero no por ello debemos considerar que no guarda algunos secretos para sacarle más rendimiento al esfuerzo que supone hacer un buen resumen. Un resumen consiste en redactar de nuevo un contenido, abreviando y sintetizando todo lo posible, con objetividad, usando nuestras propias palabras, sin copiar ni repetir literalmente nada del texto original, y sacando las ideas más importantes. En ocasiones este proceso de síntesis requiere de un proceso de investigación sobre la información del texto, para asegurar la total comprensión de los conceptos planteados y poder detectar las ideas principales a resumir.
Como ya habéis comprobado, es una de las técnicas más complejas, ya que implica una comprensión total del texto para poder plasmar con nuestras propias palabras y de forma breve, las ideas principales y esenciales que se exponen en el mismo. Además, requiere del uso de otras técnicas básicas previas (lectura comprensiva, subrayado, sumillas), por lo que se deben dominar todas ellas para que el resultado sea adecuado para el estudio.
Como contrapunto hemos de recordar que, esta complejidad es la que hace que sea una técnica muy eficaz para el estudio, y una de las mejores para los repasos de exámenes de desarrollo, ya que permite incluir todo el contenido, de forma estructurada, y dejando margen para incluir nuevos datos (secundarios y terciarios, incluso) si disponemos de margen para su estudio.
Partes que debe tener un resumen
Como en cada técnica de estudio que estamos analizando, es muy importante que un resumen tenga una estructura concreta que facilite el estudio y el repaso. Nosotros proponemos una estructura en tres partes para dar coherencia a la información presentada en el mismo:
– Encabezado. Debe estar al principio del resumen e incluir los datos básicos sobre el contenido del mismo: tema, referencias normativas, fecha…
– Cuerpo. Supone la parte más extensa del resumen y es donde queda reflejada la información extraída del texto de origen. Es el resumen propiamente dicho.
– Conclusión. Se trata de cuatro o cinco líneas en las que se realiza una sinopsis del resumen. Es el resumen del resumen.
Decálogo de un buen resumen
1.
Redacta en presente de indicativo y en tercera persona del singular. Estás haciendo una descripción, no contando una historia, por lo que no se debe usar el pasado. No se debe usar la primera persona singular para evitar que parezca que se está dando una opinión en vez de facilitar información objetiva.
2.
Sigue un orden: de lo general a lo específico. Esto ayudará a dar estructura y coherencia al texto. No es necesario seguir el orden planteado en el texto, pero sí mantener una estructura en la exposición de contenidos.
3.
Usa un lenguaje simple sin frases subordinadas. Así evitaremos ralentizar el ritmo de la información, simplificando la comprensión de lo expuesto en el resumen.
4.
Prescinde de frases copiadas literalmente del texto original, incluso las citas textuales. No debemos olvidar que estamos extrayendo las ideas esenciales del texto, repartidas a lo largo del mismo, por lo que el contenido debe procesarse para destacar las ideas principales.
5.
Evita enumerar Se trata de agrupar y resumir las informaciones principales, por lo que no es necesario enumerar los datos concretos que se detallan, sino encontrar la familia o categoría en la que se incluyen y nombrar ésta.
6.
Emplea conectores textuales. Ayudan a dar cohesión y coherencia al texto, al tiempo que minimizan el número de frases, facilitando la lectura y comprensión del contenido.
7.
Rehúye de las descripciones extensas. El resumen tiene un alto componente descriptivo, pero no debemos olvidar que debe ser, principalmente, explicativo, por lo que no es necesario realizar exposiciones detalladas, sino aclaratorias e informativas.
8.
Empieza las frases con un sintagma nominal (sujeto de la acción), evitando las preposiciones. De esta forma empezamos siempre facilitando información relevante, presentando la información de manera más natural y con una fluidez, lectura y continuidad mayor.
9.
Usa el sujeto “tácito”. Una vez hemos comenzado el resumen, y determinado el sujeto de manera expresa (normalmente el autor de la información de origen), no es necesario incluirlo en cada frase, pudiendo quedar sobreentendido con esta forma de sujeto omitido, ya que se convierte en el sujeto lógico del resto del resumen.
10.
Usa tus propias palabras y expresiones. Este es el punto más importante de todos los expuestos. Un resumen es un texto en el que se extraen las ideas principales de otro, de manera comprensiva, por lo que nunca habrá dos iguales.
Trucos para un buen resumen
Imagina que estás explicando a alguien el contenido a resumir mientras lo redactas, de esta forma usarás un lenguaje más simple, directo y efectivo, evitarás describir o narrar, y te centrarás en explicar y sintetizar las ideas.
Relacionado con lo anterior debemos recordar que no estamos exponiendo nuestra opinión, sino explicando la información, por lo que evitaremos hablar en primera persona y nos centraremos en la tercera persona del singular.
Economiza las palabras y trata de sintetizar para que el resumen nunca sea superior al 30% del texto original. No olvides que esta síntesis debe mantener el sentido del resumen “per se”, es decir, sin necesidad de recurrir al texto original para poder comprende el significado del mismo.
Evita las abreviaturas, las siglas y los acrónimos. Se trata de escribir un texto coherente y de fácil lectura, por lo que debemos ser claros y concisos, pero minimizando las palabras que no se escriban de forma completa.
Cuida la ortografía, usando correctamente los signos de puntuación y usando palabras conocidas, tiempos verbales adecuados y conectores textuales que aporten coherencia al texto.
Pon especial atención a la sinopsis final del resumen. Redactada a modo de conclusión te ayudará a no dejar contenido relevante sin explicar.
A pesar de que es una técnica que requiere mucho tiempo, tiene una serie de ventajas para los opositores que la usan que la hace muy importante:
- Ayudan a desarrollar la capacidad de síntesis de información.
- Facilitan el repaso y la memorización.
- Aumentan el vocabulario.
- Mejoran la expresión escrita.
- Favorecen la capacidad de comprensión lectora.
- Benefician la organización de ideas para las exposiciones escritas y orales.
Recuerda:
Para hacer un buen resumen, es necesario:
1.
Leer el contenido completo, de forma activa y comprensiva, para identificar las ideas principales pero, sobre todo, para determinar la idea general del texto, que es aquella de la que partirá nuestra exposición. Luego, es necesario realizar una segunda lectura subrayando las ideas principales y secundarias. De esta forma nos aseguramos hacer un resumen objetivo que explique lo indicado en el texto de origen, sin comentarios ni interpretaciones personales.
2.
Completa un esquema de las ideas extraídas en la lectura anterior, estableciendo nodos de relación entre ellas. Más tarde, realiza una redacción con tus propias palabras de las ideas destacadas. Empieza por la idea principal del texto para continuar con las ideas principales y secundarias. Recuerda que las relaciones entre todas ellas deben quedan establecidas y claramente explicadas. Evita que la extensión total sea superior de un tercio del original. Normalmente es suficiente para hacer un resumen de calidad.
3.
Y por último, revisa y repasa el resumen. Es el momento de asegurarte de que los contenidos están claramente redactados y relacionados entre sí, que no falta información relevante y que hemos sido totalmente objetivos con los datos.
¿Has sido consciente de todas estas pautas a la hora de realizar un resumen? ¿Crees que son útiles?
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