Ya sabemos que estudiar una oposición no solo requiere esfuerzo y tiempo, también es importante conocer ciertos factores psicológicos para poder identificarlos y establecerlos a nuestro favor. Uno de ellos es el efecto Pigmalión, del que hablamos en un artículo anterior. En este post explicamos qué es el sesgo de supervivencia en las oposiciones. Naturalmente, cuando estamos inmersos en nuestro día a día y en nuestra rutina, hay muchos momentos que pasamos por alto y de los que no nos damos cuenta. Por ejemplo, no nos paramos a analizar nuestros errores mentales al procesar cualquier tipo de información.
Este tipo de errores se llaman sesgos y existen en nuestra vida para facilitarle el trabajo a nuestro cerebro. Sin embargo estos efectos psicológicos son irracionales y nos conducen a una distorsión de la realidad o a un juicio inexacto.
En esta ocasión, vamos a tratar el sesgo de supervivencia y de qué forma podemos identificarlo y aprovecharlo en nuestro mundo de las oposiciones. Pero primero, vamos por partes.
¿Qué es?
El sesgo de supervivencia es, ni más ni menos, que prestarle más atención al éxito (o supervivientes) que al fracaso (no supervivientes), por su falta de visibilidad, y tomar una decisión errónea basada en una interpretación impulsiva.
Esto se ve de una forma muy sencilla con varios ejemplos:
1.
El más recurrente pertenece a los aviones de la Segunda Guerra Mundial. Se realizó un estudio de los aviones que llegaban de los combates y de qué partes estaban más dañadas por balas para poder tomar una decisión de reforzamiento. La mayoría de estadistas tomaron la decisión de reforzar justo las partes que obtenían más daños por impacto. ¿Crees que esta decisión hubiera sido correcta?
Los datos que sacaron fueron obtenidos de aviones que habían regresado a la base, los que habían sobrevivido. Sin embargo, no tuvieron en cuenta el posicionamiento de los impactos de los aviones que no sobrevivieron, y que por tanto, habían sido arrollados al alcanzar justo las partes que no venían dañadas en aviones que habían regresado.
Abraham Wald fue quien tuvo en cuenta este punto de vista y fue más allá de lo evidente en esta situación. Ofreció justo la solución contraria. Gracias a eso pudieron reforzar las partes que verdaderamente presentaban una debilidad y eran motivo de derribo.
2.
Otro ejemplo, la idealización de quien ya tuvo éxito. Steve Jobs, Mark Zuckerberg, Bill Gates, Larry Ellison, entre otros, dejaron la universidad y se hicieron multimillonarios. Miles de libros, portales de internet, documentales, películas, charlas motivacionales, hablan de sus casos, sin mencionar a otras personas que dejando la universidad no llegaron a tener éxito. Solo vemos la historia escrita de una pequeña parte de un conjunto de personas que haciendo lo mismo no lo consiguieron.
¿Cómo evitar el sesgo de supervivencia?
Aunque, en su mayoría, en nuestro día a día solemos pensar como los estadistas de la Segunda Guerra Mundial, nada nos impide obtener la visión de Abraham Wald.
Existen dos aspectos importantes para beneficiarnos del sesgo de supervivencia:
A. Error en la interpretación de la información
Prestar demasiada atención a los “supervivientes” no solo significa tenerlos en cuenta, también significa seguir las recomendaciones y estrategias que les ayudaron a llegar ahí. Sin embargo, ¿quién puede garantizar que esas recomendaciones sean la única razón que les ha llevado a ser “supervivientes”? O más importante aún, ¿quién puede garantizar que si seguimos la rutina matutina de Bill Gates, o que si dejamos de estudiar para participar en proyectos como Mark Zuckerberg, vamos a lograr lo mismo que ellos?
B. Asociación no implica causa y efecto
Un aspecto que hace que el sesgo de supervivencia distorsione nuestra realidad es creer que existe una relación causal entre dos eventos independientes.
Nuestro cerebro es una máquina que busca conexiones todo el tiempo y ese deseo de encontrar vínculos, especialmente la causalidad, puede incurrir en un error. Podemos atribuir un evento a otro, pero en realidad son eventos completamente independientes. Por ejemplo, cuando escuchas que un opositor toma todos los días espirulina y que es la clave de su éxito. Establecemos una relación causal entre la espirulina y el éxito en las oposiciones. La pregunta es, para aprobar una oposición, ¿hay que tomar espirulina cada día?
Quizás el éxito no esté en eso, tampoco en levantarse a las 5 de la mañana, o practicar diferentes técnicas de memoria; quizás, si seguimos estos factores también lo podremos lograr. No porque haya una característica relacionadas con el éxito significa que esa particularidad causó el éxito.
¿Cómo lo aplicamos en una oposición?
Cada persona tiene su forma de prepararse una oposición. Hay opositores que aprueban con un temario intensivo, otros gracias a una academia, otros utilizando diversas técnicas de estudio. Hay que tener en cuenta que existen muchos factores que influyen a la hora del estudio y que, lo que le puede servir a una persona, a otra quizás no tanto.
El sesgo de supervivencia en una oposición se constituye en que si alguien te da consejos para aprobar, no tengas en cuenta solo esas recomendaciones. Puedes caer en un error por no buscar tus propios métodos y hacer uso de lo que ha tenido éxito en una sola persona (o varias, sin contar las personas a las que no les ha funcionado).
Muchas veces la mejor forma de conseguir tu propio éxito es seguir tu instinto y encontrar una forma con la que te sientas cómodo/a. Sin duda, tener constancia y esfuerzo es la base de todo aprobado, pero no todos tenemos que seguir las mismas recomendaciones.
Si quieres leer recomendaciones que te vendrán bien para afrontar la preparación de las oposiciones, no dejes de visitar nuestro blog.
¿Conocías la existencia de los sesgos y de cómo influyen en nuestro día a día? ¿Lo habías aplicado a la oposición? ¡Escríbenos!
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