José Cenizo: treinta y cinco años dedicado a la enseñanza

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José Cenizo Jiménez

José Cenizo Jiménez recita una poesía. O tal vez muestra unos recortes de titulares de periódico. En ambos casos, sus alumnos le escuchan absortos y alguno incluso descubre que su vocación es ser escritor. Comienza la clase de lengua castellana y literatura de José Cenizo, tal y como lo ha hecho durante los últimos treinta y cinco años. El próximo 14 de junio, coincidiendo con el día de su cumpleaños, será la última vez que lo haga, porque cruzará la salida del Instituto Beatriz de Suabia, en Sevilla, como un profesor jubilado. 

José Cenizo Jiménez es de esos docentes que no se olvidan, pues comparten su pasión por la asignatura que imparten. A pesar de su indiscutible experiencia, su mente inquieta hace de él una persona irremediablemente joven: “tengo muchas actividades y proyectos”, cuenta Cenizo con alegría.  

José Cenizo con su libro "Tipos de interés
José Cenizo Jiménez, con su último libro de relatos breves “Tipos de interés”.

Su trayectoria

Y tanto que los tiene. Cuenta con numerosas obras y reconocimientos. Una gran parte de sus libros se centran en el flamenco, su otra gran pasión, además de la enseñanza. De hecho, impartió un curso de “Introducción al flamenco” en la Fundación Cristina Heeren. También ha publicado numerosas obras de investigación literaria e incluso alguna de poesía. En su palmarés cuenta con diversos honores, ente los que se encuentran un premio de Investigación y Periodismo “Antonio Mairena” de la Fundación Antonio Mairena y premio Prosa del Festival de Las Minas y La Unión de Murcia, ambos por la obra “Duende y poesía en el cante de Antonio Mairena”. Ha sido incluso profesor en la Universidad de Sevilla en las facultades de Filología y Ciencias de la Educación, respectivamente, donde ha impartido clases durante quince años.  

José Cenizo junto al monumento a Antonio Mairena
José Cenizo Jiménez, posando junto al monumento dedicado a Antonio Mairena en Sevilla.

No es de extrañar que José Cenizo cuente con una biografía en Wikipedia, donde podemos consultar su indiscutible contribución tanto a la literatura como al flamenco. Algo de lo que sus seguidores podrán seguir disfrutando, pues José Cenizo afronta su jubilación “con ganas de centrarse más en la creación y en la investigación del flamenco”, manifiesta. El profesor aprovechará esta nueva etapa para seguir escribiendo prosa y poesía. Además, en este nuevo comienzo de su vida quiere dedicar más tiempo a pasear y a estar en la naturaleza.  

De vocación, profesor

Escritor de corazón y profesor de vocación. Tal y como cuenta Cenizo, la enseñanza fue su proyecto de vida desde los catorce años. Antes de ejercer su profesión en el Instituto Beatriz de Suabia, estuvo en otros centros, como los institutos Ramón Carande o Antonio Domínguez Ortiz, este último situado en el Polígono Sur de Sevilla. Hasta hoy, ha sido un recorrido muy largo. Se queda con los mejores recuerdos, que residen en el componente humano de esta profesión. Alumnos que por muchos motivos tocaron su fibra sensible y que le han aportado otra visión de la vida: la de la adolescencia. Algo que confiesa que “le ha enriquecido”.  

José Cenizo Jiménez de joven
José Cenizo Jiménez de joven con un libro.

Alumnos inolvidables

“Hay alumnos que me han dejado una huella profundísima porque seguimos en contacto, incluso hay uno que escribió una novela y hace poco quedamos y le hice una reseña a la misma”, nos cuenta emocionado. En estos años dedicados a la enseñanza secundaria, José Cenizo siempre ha dado mucho más de lo que se les exigía para su puesto, como, por ejemplo, organizar recitales de poesía. “Siempre me ha gustado hacer algunas cosas extra por ellos y egoístamente por mí, simplemente porque me gustaba”, Explica Cenizo refiriéndose a los alumnos, a lo que añade que tal grado de implicación, en ocasiones “te cuesta algún disgusto y tiempo, pero si no lo hago parece que no soy yo”.  

Sobre las oposiciones

José Cenizo fue opositor por cuatro veces. Se presentó a los procesos selectivos de FP y profesor agregado de bachillerato, y en ambos casos aprobó a la segunda. “La primera vez fue un trabajazo, después ya se trataba de estudiar sobre lo aprendido”, recuerda Cenizo con cierta añoranza aquella época de esquemas y subrayados. Por aquel entonces, él estudiaba para regresar a su Andalucía natal mientras trabajaba fuera de ella.

A los opositores

A los opositores de hoy, les aconseja que practiquen. “Es importante practicar con el reloj en tiempo real”, explica Cenizo, incidiendo en que es fundamental hacer simulaciones para llevarlo todo más controlado el día del examen. Con respecto al límite de tiempo, añade que “no se puede contar todo lo que se sabe, hay que resumir”. Algo que precisamente él no pudo hacer, por encontrarse indispuesto pocos días antes de las oposiciones. Por eso incide en que se practique todo lo posible y cuanto antes, mejor.  

Su obra  

Además de la obra ya mencionada, entre sus libros se encuentran: “Con pocas palabras. Coplas Flamencas”, “La madre y la compañera en las coplas flamencas”, en las que analiza las letras flamencas.  

Para concluir, y en la línea que lo define, José Cenizo ha querido compartir un fragmento de su obra con este periódico. Se trata de un extracto de su libro “Otra vez septiembre”:  

Los alumnos prosiguen sus tareas. Desconocen la causa de tu tristeza. Un día estuviste donde están ellos, eras más joven y encendías los primeros deseos cada tarde. No odiabas los libros, que te hacían olvidar otros límites.

Intentas que aprendan algo de ellos, aunque ahora sólo obedecen a otras enseñanzas menos estériles, a las que llegaste siempre tarde. Como antes tú, son adolescentes, y no quieren más lecciones que las que les dicten abril y la tentación, viva donde viva.

Ya eres un extraño en su paraíso. Los años no perdonan. Los libros no consuelan.  

(José Cenizo. 19999)

  

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1 COMENTARIO

  1. La verdad es que José era y es una puerta a los que nos encanta la idiosincrasia de nuestras raíces y puedo asegurar que como profesor me enseñó mucho de poesía y literatura.

    Le deseo lo mejor y espero que algún día nos volvamos a encontrar y darle las gracias por todo lo que me enseñó.