La culpa. Esa compañera con la que todos convivimos en mayor o menor grado en algún momento de la vida. ¿Verdad? Pues ella es, sin duda, una candidata a estar presente, a tu lado, a lo largo de tu oposición, día tras día. Y tiene tantos “motivos” para hacerlo… ¿O no? Antes de que se instale en tu vida la culpa del Opositor y te haga perder la motivación, el sueño y hasta la salud, vamos a explicarte cómo dominarla. Porque no, no hay motivo para sentirte mal.
¿Por qué sentimos la culpa del Opositor?
Preparar una oposición es muy duro. Lo sabemos bien. Y requiere de entrega, dedicación y esfuerzo. Y son precisamente estos valores los que originan, en gran medida, la culpa del Opositor.
Y es que cada día sentimos que dejamos de atender a las personas que nos rodean, que hay obligaciones y tareas ajenas a la oposición que no queremos hacer porque nos “roban tiempo” de estudio, y que no llegamos a todo. Y los “deberes” se nos acumulan y la motivación desciende.
Porque si estudiamos nos sentimos mal por lo que dejamos de hacer, de vivir. Porque si no estudiamos nos sentimos mal por estar faltando a la preparación y estar “perdiendo el tiempo”.
Y amanece un nuevo día y nos volvemos a sentar a estudiar, quizás sin haber descansado del todo bien, con la energía en reserva y nos asaltan pensamientos que alimentan la culpa.
Y vuelta a empezar.
Si no paramos este círculo vicioso, nos acaba condicionando la vida y el estudio.
La culpa pá fuera
Para dejar de sentir culpa constante tomes la decisión que tomes, y que este sentimiento no de domine y bloquee, es importante aplicar la razón y tener en cuenta los siguientes consejos:
- Olvida las “renuncias” y recuerda el objetivo. Porque el proceso es el camino a recorrer, que no siempre será fácil, pero el objetivo es la meta a la que nos dirigimos y el dónde tenemos que fijar la mirada.
- Hazle hueco a tus hobbies. La mente necesita despejarse de vez en cuando, por lo que es muy importante que disfrutes de ocio de calidad.
- Queda con tus amigos y familiares. El ser humano es social por definición, por lo que quedarte a solas preparando la oposición de forma constante no es la mejor de las ideas. Deja un espacio para estar con los que te quieren, compartiendo las comidas con una buena charla, por ejemplo, para cuidar esta parte de ti que no puedes olvidar.
- Recuerda todo lo que has avanzado en cada día. Revisa tu planificación y marca los objetivos alcanzados. Verás cómo tu motivación da una patada a la culpa y la saca de tu vida.
- Valora tu esfuerzo. Tu esfuerzo diario se ve en tus avances en el estudio y es necesario que te lo reconozcas, lo valores y lo disfrutes.
- Quiérete y cuídate. Respetar tus tiempos de descanso, tus necesidades, hará que te sientas mejor y que afrontes la preparación con mayor positividad y motivación.
- Háblate con respeto. Parece una tontería, pero funciona. No te hables nunca como no permitirías que te hablaran los demás.
La culpa del Opositor es una compañera insistente, pero podrás con ella si sigues nuestros consejos. Cuéntanos los tuyos, que seguro también tienes. Te escuchamos.
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