La Inteligencia Artificial (IA) está de moda en el mundo de las oposiciones. Muchos centros y preparadores se han lanzado a usar la IA en sus propuestas de preparación como si fuese el Santo Grial de los estudios. Y como en Mundopositor nos gusta investigar, aprender y compartir, hemos querido revisar los usos (y desusos) que se hacen de esta herramienta en el mundo de las oposiciones.
Acompáñanos a descubrir el mundo de la IA desde el punto de vista opositor.
¿Qué es la Inteligencia Artificial?
Su definición es más compleja de lo que pueda parecer a simple vista, pero vamos a intentar simplificarlo. La IA es un lenguaje informático, basado en una combinación de algoritmos, que trata de realizar operaciones y funciones propias de la inteligencia humana, como el aprendizaje o el razonamiento. Es por tanto un campo de la informática centrado en el diseño de software para ejecutar operaciones similares a las que se realizan en la mente humana.
Esto es lo que la convierte en una poderosa herramienta: puede procesar informaciones como lo harías tú, pero a la velocidad de un ordenador. O esa es la idea.
Actualmente aún necesita desarrollarse para comprobar el potencial real, ya que los errores y los fallos que comete con algunos tipos de informaciones (médicas, por ejemplo) hace que deba ser supervisada por personas expertas en la materia y no funcione, con seguridad, de forma autónoma.
Principales usos actuales de la Inteligencia Artificial en Oposiciones
- Planificar. Facilita la tarea de organizar el estudio al ayudar a calcular cuánto tiempo se tarda en preparar un tema, lo que permite aprovechar más el tiempo. Pero, para que sea realmente útil, debe tener en cuenta las técnicas de estudio que a usar y los tiempos reales que tardas el opositor concreto en aplicar esas técnicas, porque en caso contrario no se adaptará y será más un motivo de frustración que una facilidad. Recuerda: marcar objetivos exigentes pero realistas es una prioridad en la planificación de oposiciones.
- Redactar. Elaborar un temario completo con IA es posible, y es un punto de partida válido, pero la garantía de actualización y rigor de los datos e informaciones puede tambalearse. La experiencia en el diseño de contenidos, de su estructuración e interrelaciones (entre normativas, por ejemplo) es algo que se escapa actualmente a la IA. Los temarios de oposiciones deben ser siempre elaborados y revisados por autores expertos, que actualizan los contenidos y valoran la relevancia en función de convocatorias anteriores.
- Resumir y esquematizar. La IA es capaz de realizar resúmenes de contenidos extensos en muy poco tiempo. Incluso se le puede pedir la cantidad de palabras que debe usar. Lo mismo sucede con los esquemas, mapas mentales y cuadros sinópticos. Lo que nadie garantiza es que priorice los contenidos que el opositor priorizaría ni los que el tribunal use para diseñar las preguntas. Diseñar estas herramientas de estudio pone en juego determinadas estrategias cognitivas que, per se, forman parte del proceso de memorización y aprendizaje. Si no te lees el temario para hacerlas tú mismo no podrás sacarles todo el poder que esconden.
- Identificar necesidades. La IA puede, a través de los resultados de los test y de las respuestas a las actividades, detectar donde se cometen más errores o se tienen más dificultades para facilitarte el aprendizaje. Esto implica que nada de lo que se realice off line será valorado, por ejemplo, perdiéndose datos de valor para la preparación. Además, esto lo puedes hacer tú mismo, analizando tus pruebas y ejercicios, revisando tus respuestas y buscando los errores. Esta fase de revisión refuerza los aprendizajes al poner en juego memoria, razonamiento y, para qué lo vamos a negar, tu propio orgullo dañado. No volverás a cometer el mismo error dos veces si lo investigas por ti mismo.
- Generar test. Miles de preguntas pueden ser generadas con IA. Centenares de enunciados de preguntas de desarrollo y de supuestos prácticos se pueden crear con esta poderosa herramienta. Sin embargo, esto no asegura que estén diseñadas correctamente, que sigan las pautas más habituales de la administración ni que estén redactadas con los juegos de palabras que tanto gusta usar a los tribunales.
¿Aliada o enemiga?
Lo más probable es que la Inteligencia Artificial no sea ni lo uno ni lo otro. Como toda herramienta depende del uso que le demos.
De lo que estamos seguros es que no es una amenaza. La IA nos puede animar a desarrollarnos más, a trabajar nuestra inteligencia (la humana) para llevarla a nuevos límites apoyándonos en ella. Nos puede facilitar ideas, ayudarnos a desarrollar nuestra creatividad a partir de sus aportaciones, o darnos un punto de vista distinto (según las fuentes de las que le hagamos “beber”).
La IA es útil como herramienta en procesos con cierta automatización, por supuesto. A estas alturas nadie lo duda. Pero en el mundo de las oposiciones poco o nada es automático. Ni redactar un buen temario actualizado, ni diseñar preguntas tipo test (aunque haya quien lo crea), ni preparar herramientas de estudio adaptadas a las características y necesidades de cada persona y a su estilo de aprendizaje, son procesos automáticos.
La empatía, el hecho de entender al opositor y a todo el proceso por el que transita, es algo que la IA no puede hacer. Las emociones y habilidades relacionales y sociales son características propias de las personas que se alejan de la automatización, y que aportan valor a la preparación de las oposiciones.
La IA es un complemento, con un potencial muy interesante, pero que no sustituye a tu propia inteligencia. Dedicar tiempo y esfuerzo a tu oposición, con materiales de calidad, usando técnicas de estudio variadas y con una planificación que te permita abarcar el temario, siguen siendo las claves de la preparación.
¿Qué opinas? ¿Te animas a incluir la Inteligencia Artificial en tu oposición? Cuéntanos. Te escuchamos.
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