En un país como España, en el que el turismo tiene un peso notable en su economía, el impacto de la COVID-19 ha sido un golpe demoledor para este sector. Tras quince meses con los índices más bajos de actividad de los últimos años, preparar unas oposiciones se ha convertido en una lancha salvavidas para diferentes profesionales que ha decidido dar el paso y reinventarse a sí mismos.
Nuevos perfiles de opositores
Es el caso de Natalia D., que pide mantener su apellido en el anonimato. Actualmente, Natalia trabaja en la agencia de Viajes de el Corte Inglés. Desde el inicio de la pandemia, está en un ERTE. Según nos informa, su empresa cubre un 50 por ciento de su nómina y el SEPE el otro 50 por ciento restante. Su jornada laboral se ha visto reducida considerablemente, ya que tan solo trabaja ocho o nueve días al mes. “Al estar en el ERTE no puedes compaginar las pocas horas trabajadas con otro trabajo, así que o te dedicas a opositar o estás de brazos cruzados”, asegura Natalia D. que además añade que tal y como está el tema con los viajes, mejor preparar un plan B”, refiriéndose a la crisis que atraviesa el turismo.
Aunque no se había planteado opositar antes de la COVID-19, no dudó en dar el paso y desde el pasado mes de octubre se prepara las oposiciones de Administrativo para corporaciones locales. “Había un gran número de plazas y fue eso lo que me animó”, asegura. Su apuesta es fuerte: no solo va a presentarse a esta categoría, sino también a la de Auxiliar Administrativo.
Su rutina de estudio
Natalia D. estudia todos los días que descansa cuatro o cinco horas diarias por la mañana. Confiesa que al principio le resultó complicado tomar contacto con la legislación, ya que no estaba habituada a estudiar leyes. “Dejé de estudiar a los 22 años, cuando empecé a trabajar, y desde entonces no había vuelto a hacerlo hasta ahora”, explica.
Sin embargo, esa primera fase está superada y ve más similitud entre su trabajo actual y el de un administrativo en un ayuntamiento del que a priori puede parecer. “Los agentes de viajes somos muy administrativos, tenemos que desarrollar tareas menos visibles y conocidas pero muy relacionadas con ese ámbito”, asegura.
Opositar, una salida para los profesionales del turismo
Con una caída del 90, 5 % en el sector según los datos el Instituto Nacional de Estadística, Natalia D. tiene claro que quién esté en su situación y se haya visto afectado por la crisis del turismo, debería seguir su ejemplo: “yo he animado a tres amigas mías a opositar. Una de ellas, por ejemplo, ya ha sido despedida de su trabajo. Quién no lucha no gana”. Natalia insiste en que anima a todo el que la esté leyendo a opositar, porque considera que es “una de las mejores salidas”.
A la pregunta de dónde se ve dentro de cinco años, no lo duda: en el Ayuntamiento de Colmenar Viejo, trabajando como administrativa. Tiene claro su objetivo y estudia sin prisa, pero sin pausa. Sabe que opositar es una carrera de fondo.
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